lunes, 23 de enero de 2012

Huertos urbanos: cocina con tus propias hortalizas

Los huertos vuelven a estar de moda. Aunque la imagen tradicional del huerto ya no encaja con la realidad del siglo XXI, en los últimos años se ha desarrollado una nueva cultura que fomenta el cultivo de nuestros propios alimentos de una forma que se adapta a nuestra nueva realidad: el huerto urbano. No todos tenemos un terreno que cultivar, ni siquiera mucho espacio. Pero con el ingenio y la creatividad y los nuevos movimientos que apoyan a la agricultura urbana, todos podemos cultivar nuestra propia comida orgánica.
Tipos de huerto urbano
Algunos tienen un patio o un balcón, otros tienen una ventana orientada al sur y otros hacen su vida en una oscura planta baja. Pero todos tienen alguna forma de cultivar. Algunos ejemplos:

Macetohuertos: Si sólo disponéis de un patio, una terraza o un trozo de tierra difícilmente cultivable, podéis optar por esta opción. Se trata de cultivar en macetas o en cualquier otro recipiente que se os ocurra. El límite lo marca la imaginación: barriles, neumáticos usados, cubos… todos ellos pueden convertirse en una gran maceta en la que plantar todo tipo de vegetales, según la época. Existen webs especializadas donde otros jardineros comparten sus trucos: épocas de siembra y recolección, sistemas caseros de autoregado… Resulta fascinante ver el ingenio que algunos jardineros derrochan para sacar verduras para todo el año de un patio minúsculo.

Huerto de interior: Si no tenéis patio ni balcón difícilmente os podréis plantear cultivar calabazas. Pero en cualquier ventana con más de 6-8 horas diarias de sol es posible cultivar vegetales de hoja (endivias, lechugas…), tomates o habas. Los cuidados que necesita un huerto interior son totalmente distintos y además hay que tener en cuenta factores como la temperatura o la ventilación. Si soys principiantes tendréis que buscar información al respecto. Lo mejor es empezar con hierbas aromáticas, como albahaca, perejil, orégano, cilantro, menta…

Huerto comunitario: Si no tienes ninguna forma de cultivar en tu casa, o simplemente te gusta más formar parte de un colectivo organizado puedes buscar en tu barrio alguna comunidad que realice esta práctica. Existen diversos tipos de comunidades: en algunas se paga una cuota por el espacio y otras son gratuitas (ya sea en espacios cedidos o cuya cuota se paga con parte de la cosecha). En algunas el usuario tiene su parcela cultivable y otras están muy organizadas: comparten el terreno, las labores a realizar y las cosechas.

Huerto de guerrilla: Para aquellos que no tienen ningún acceso a terreno cultivable o para aquellos que, por principios, prefieren darle buen uso (y belleza) a zonas abandonadas, este tipo de agricultura urbana consiste en ir por la ciudad tirando semillas en los espacios públicos y dejar las plantas crecer pos si solas. La idea es bombardear la ciudad con hortalizas.. Junto a la autopista, en solares vacíos, en parkings o en cualquier sitio donde haya un trozo de tierra sin aprovechar.

Ventajas de la agricultura urbana

Producción de frutas y verduras orgánicas: En los huertos caseros o comunitarios se emplean técnicas de producción orgánicas. Producir lo que comemos en el patio de casa nos da la seguridad de estar consumiendo algo natural que no ha sido tratado con abonos o insecticidas químicos. Además aprendemos a consumir productos de temporada y adaptar nuestra dieta a lo que es natural.

Educativo: La agricultura urbana brinda un marco en el cual la familia, vecinos, o grupos afines pueden aprender a observar y facilitar los procesos naturales (siembra, crecimiento, cuidados, floración-reproducción, injertos, cosecha, poda, conservación, elaboración de alimentos, resiembra). También promueve la educación ambiental de la ciudad y promueve una serie de valores que fomentan el interés y la preocupación por conservar la biodiversidad y los hábitats naturales de las especies hortícolas autóctonas. Por último el contacto con la agricultura promueve unos hábitos nutricionales saludables.

Cohesión social: La agricultura urbana, ya sea en comunidad o no, ayuda a fortalecer la integración y el trabajo en equipo: mercados de trueque de semillas, mecanismos con los que compartir buenas ideas y consejos… Además los huertos comunitarios son estupendos sistemas de cohesión de los barrios en una sociedad en la que cada vez sabemos menos de nuestros vecinos.

Ciudades verdes: El aumento de zonas verdes en una ciudad sólo trae ventajas: mejora la calidad del aire y disminuye la contaminación, compensa el efecto “isla de calor” provocado por el asfalto, permite una mayor absorción del agua de la lluvia y mejora la repoblación de insectos polinizadores, favoreciendo la presencia de aves, diversificación de especies y número de plantas.

Como veis, quien no come tomates y calabacines de cosecha propia es porque no quiere. Este movimiento que está en pleno auge ofrece soluciones para todo el mundo. Sólo tenéis que elegir vuestra forma de cultivo ideal, buscar la información que necesitéis y en unos meses tendréis hortalizas frescas, frutas y hierbas aromáticas para la ingesta diaria. La mayoría de nosotros habitamos en ciudades: es hora de pensar en darles calidad de vida.

Autor: Natalia Berger
Fuente: naturarla.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario