martes, 3 de enero de 2012

La horticultura urbana, "todo un Boom"

Algunos de los participantes en el huerto Pienc, trabajando Foto: MS
Barcelona es escenario de numerosos proyectos de cultivo, fruto tanto de iniciativas públicas como privadas. La crisis hace paralizar la construcción de nuevos equipamientos, lo que facilita encontrar espacios vacíos.


A finales de los setenta, John Seymour publicó El horticultor autosuficiente, uno de los manuales que se ha convertido referencia en esta materia. Aparecía pocos años después de otra crisis, la del petróleo, y en la introducción Seymour apuntaba a "un renacimiento del huerto como fuente de autoabastecimiento". Tres décadas después, el renovado interés por saber de dónde vienen los alimentos y para aprender a cultivarlos se hace evidente también en la ciudad. "Es todo un boom", en palabras del responsable de la red de huertos urbanos del Ayuntamiento de Barcelona, ​​Josep Ordóñez.

La capital catalana es escenario de numerosos huertos urbanos. Aparte de la opción de hacer el balcón o la azotea de su casa, hay quien prefiere cultivar directamente la tierra, en un solar donde no se ha construido. De hecho, la crisis inmobiliaria ha tenido efectos positivos para los huertos urbanos. Ordóñez hace alusión a la conocida frase que dice que "no hay mal que por bien no venga", y recuerda que la crisis ayuda a encontrar espacios disponibles, "al menos provisionalmente".

Los huertos urbanos que existen en Barcelona son muy diversos. Uno de los ejemplos más conocidos es el proyecto que impulsa desde finales de los noventa el Ayuntamiento de Barcelona, ​​destinado a personas mayores de 65 años. Ahora, el consistorio cuenta con un total de 13 instalaciones-de las cuales dos disponen de granja-y 350 parcelas, que se distribuyen por sorteo por un período máximo de cinco años. Según Ordóñez, la horticultura es muy beneficiosa para la gente mayor, porque además de darles un empleo, les hace hacer ejercicio físico y les permite consumir productos que han hecho crecer ellos mismos y que son muy sanos, ya que se obliga a utilizar técnicas de agricultura ecológica. Además de los usuarios de la tercera edad, unas pocas parcelas son cultivadas por personas con discapacidades, en riesgo de exclusión social o en régimen abierto.

El Ayuntamiento de Barcelona asesora también, a través de la Agenda 21 Escolar, a los centros educativos que quieren poner en marcha un huerto.

El huerto, también para aprender inglés

El CEIP Antoni Brusi, situado en la Villa Olímpica, el proyecto del huerto comenzó con una idea de las maestras de inglés. Instalaron unas mesas de cultivo en la terraza de la escuela, plantaron varios vegetales y etiquetarlos en la lengua que enseñan. Un año después, desde la escuela se pidió a la Universidad Politécnica de Cataluña que le cediera unos terrenos que limitan con la escuela para hacer un huerto más grande, donde pudiera participar todo el alumnado. Según explica la directora del centro, Gloria Rodríguez, este es el octavo año del huerto.

Espacios de encuentro de vecinos de todas las edades

Otros huertos que se pueden encontrar en Barcelona son fruto de la iniciativa privada. El de Porta, que crece en el solar de una inmobiliaria que de momento no hay construido nada, es un. Hace algunos años, un vecino instaló en él la primera parcela, según explican Yolanda y Javi, vecinos de Nou Barris. Poco a poco, otras personas se han ido sumando, hasta superar la decena de parcelas. Sin embargo, todavía hay un área donde se puede cultivar que "promete", dicen riendo Yolanda y Javi. El huerto de Porta es, además, un espacio de relación entre el vecindario. David, de 14 años, participa desde hace tiempo y dice que lo hace gracias a la ayuda "de los compañeros del huerto".

También es resultado de la iniciativa vecinal del huerto Pienc, aunque en este caso se trata de un proyecto comunitario. El terreno no ha sido repartido entre los diferentes participantes, y las decisiones se toman de manera colectiva: el trabajo es compartida y los frutos también lo son. Está situado detrás de L'Espai Jove de l'Eixample, en un solar de propiedad municipal, y nació hace aproximadamente un año y medio, aunque con anterioridad el espacio ya había sido tierra de cultivo.

El huerto Pienc es un proyecto que tiene vocación de apertura al barrio, y es en este sentido que se han realizado varios talleres, sobre plantas medicinales o compostaje por ejemplo. Incluso, en marzo se celebró una calçotada popular. El cultivo es ecológico, y ahora el colectivo que trabaja está implementando un proyecto de recuperación y reestructuración del espacio que se basa en la permacultura. Sin embargo, Mercè Jara, una de las impulsoras de la propuesta, apunta: "Somos muchos, y también permitimos que cada uno pueda investigar la agricultura a su manera".

Stuart, una de las últimas personas en incorporarse al huerto Pienc, buscaba desde hacía meses un proyecto de agricultura ecológica-ámbito en el que trabajó durante ocho años-dentro de la ciudad. Ahora, el huerto le permite llevarse a casa "pequeños premios al final del día".

FUENTE: Artículo publicado en el punt avui, 31/12/11 12:39 BARCELONA

autor: M. SERRANO

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